domingo, 29 de diciembre de 2013

LOS TRABAJADORES EN LA CIUDAD DE MÉXICO, 1860-1950
TEXTOS EN HOMENAJE A CLARA E. LIDA
Carlos Illades y Mario Barbosa, coordinadores,
El colegio de México, Universidad Autónoma Metropolitana-Cuajimalpa, 2013.


El año 2010 tuve la oportunidad de visitar la ciudad de México en ocasión de un congreso de historia económica, quedándome más de un mes recorriendo las ciudades del centro y norte del país. La estadía se alargó una semana más debido  al terremoto del 27 de febrero.

     Recorrí la ciudad de México de manera profunda y no solo los centros turísticos. Para ello utilicé  transporte público, en especial el metro. Ahí encontré una manera muy particular de venta ambulante. Constantemente transitaban por los vagones vendedores de discos compactos de música. Lo hacían de forma regular, pasando cada dos minutos voceando sus productos, acompañado de un parlante que hacía imposible no escuchar la música. Al principio pensé que era imposible coordinar la venta de discos con tantos vendedores, lo que impediría obtener ganancias en un mercado tan saturado. Cual sería mi sorpresa al observar que lo hacían de manera acordada de antemano. Uno vendía música de salsa, otro de cumbia, otro de disco, otro de música clásica y otro de música norteña. De esta forma impedían caer en la competencia salvaje y en la tentación de “eliminarse” entre sí.
      Esta anécdota apunta a develar las características del mundo urbano de trabajo y la capacidad de adaptación de los trabajadores. En parte es la historia del libro que comentamos.
      El libro es un homenaje a la historiadora Clara Lida, coordinado por Carlos Illades y Mario Barbosa, y reúne a distintos historiadores interesados en el mundo urbano de trabajadores.
      El primer texto es de Ernesto Aréchiga titulado “Lucha de clases en la ciudad. La disputa por el espacio urbano, ca. 1890-1930”, y muestra la urbanización desigual que presentó la ciudad de México en el periodo de estudio, desarrollando un área ordenada y con servicios suficientes, y otro sector atrasado con escasez de los mismos. Se destaca la organización de los arrendatarios e inquilinos en 1922 y sus primeras manifestaciones de protesta.
      La historiadora argentina Vanesa Teitelbaum estudia la organización y las protestas de los artesanos, siguiendo el modelo ya establecido por Carlos Ilades en México y Sergio Grez en Chile, donde los avances del liberalismo jugaron un importante papel en ofrecer un marco ideológico para el desarrollo asociativo y de defensa de la educación y de la industria nacional.
      Florencia Gutiérrez y Fausta Gantús ofrece un trabajo titulado “Los pequeños voceadores: práctica laborales, censura y representaciones a fines del siglo XIX”. El estudio nos permite conocer el trabajo infantil y las formas de subsistencia económica asociada a la venta de periódicos. Entre las voces críticas que asociaban esa actividad a la vagancia y delincuencia, y las posiciones alentadoras que veían en ella una fuente de moralidad y de ética del trabajo, los infantes lucharon por mantener sus formas de subsistencia. Como fuera, por nobles motivos o intereses políticos que buscaban controlar esta actividad, el trabajo infantil buscó ser regulado.
      El estudio de Mario Barbosa sobre los empleados públicos entre 1903 y 1931, analiza la evolución de la condición laboral de los empleados públicos desde la precariedad e inestabilidad laboral hasta el desarrollo de una organización burocrática más moderna. Por el hecho de no ser parte de la elite en el poder y no identificarse con los trabajadores urbanos, los marcó en sus rasgos distintivos.
      Asociado con el artículo de Mario Barbosa está el de Rodrigo Meneses, “Mujeres en la policía: género y orden público (1930)”, que analiza la incorporación de las mujeres a los servicios policiales para cumplir con exigencias nuevas de funcionamiento, aunque muchas de las mujeres incorporadas lo hicieron para desempeñarse en tareas administrativas. En todo caso, según el autor, esto demostraría que el Estado fue un importante empleador de mujeres del periodo.
      “Entre la colaboración y el empleo. Algunos aspectos del régimen laboral de la Lotería de Nacional para la Beneficencia Pública, 1920-1935”, de la historiadora mexicana María Dolores Lorenzo,  se enmarca en los intereses propios de su autora y de reconocida trayectoria en materia de estudios sobre la beneficencia privada y pública. En concreto, el artículo analiza el rol jugado por la Lotería Nacional dentro de una política pública de sostenimiento a la beneficencia nacional. También se analiza el funcionamiento de empleados formales e informales (agentes y billeteros).
       Alicia Gil Lázaro,  estudia las migraciones y las pautas de movilidad de los españoles en plena crisis económica de comienzos de los años 1930. Son interesantes las distintas estrategias de adaptación que desarrollaron los inmigrantes para adaptarse al mercado laboral en crisis. Entre las que estudia la autora están la naturalización, la movilidad geográfica y la repatriación, esta última en el contexto de una creciente xenofobia.
        Por último, Susana Sosenski, analiza las representaciones fílmicas de la infancia trabajadora a mediados del siglo XIX, donde se destacan las construcciones de la infancia sufrida y moralmente reconocible del cine mexicano. En particular se destaca la película de Buñuel, Los olvidados, como una película que rompe con los estereotipos y las pautas establecidas, mostrando los efectos de la vida urbana en el espíritu y accionar de los niños.
      Es así como estamos delante de un texto coherente y que, más allá de algunos estudios que no ofrecen un mayor aporte al conocimiento de los trabajadores urbanos, destaca a los trabajadores y la urbe como sujeto y objeto de estrategias de subsistencia.